miércoles, 12 de mayo de 2010

Plazoleta Desolada


Hoy estaba sentado en una plaza y no podía dejar de mirar y pensar que la ciudad esta totalmente loca, los subtes no funcionaban, los colectivos estaban repletos, tan saturados como mi paciencia, los trenes no daban a basto y el abasto estaba lleno de flogger sacándole fotos a su ridícula forma de vestir y peinarse, los perros ladraban por que no tenían ganas de caminar e insultaban al pasea perros que casi que los llevaba arrastrando. Mirando esa escena se me cruzo por la cabeza preguntarme si la ciudad en algún momento del día duerme pero justo en ese momento escuche un aterrador grito de una señora que cuando gire para ver que había pasado se encontraba en el suelo, entonces me dirigí hasta donde estaba y trate de ayudarla a levantarse, me dio las gracias y la acompañe hasta la parada, de ahí seguí caminando buscando la parada del colectivo que tenia que tomar mientras en mi cabeza había un huracán de pensamientos y conclusiones.

 
[ Deje de confiar el día que me traicionaron, aprendí a no querer para que no me lastimen, aprendí a callarme para no discutir, aprendí a que en la vida hay cosas que son muy importante pero que son pocas y hay que saberlas aprovechar, aprendí a que el sueño no se sueña dormido( por eso empiezo a soñar cada ves que me despierto, cada ves que comienza un nuevo día llega con nuevos sueños ), aprendí a que cada uno arma su propio destino y que todo lo malo que paso no importa, siempre va a estar esa carga pero hay que saberla correr a un costado y avanzar (que solo sea un mal recuerdo y no lo que va a venir), por que la vida así lo exige, sin ganas de pelear no se llega a ningún lado, sin ganas de nada te quedas estancado y uno no se puede dar el gusto de estancarse, por que el tiempo que se pierde no se recupera nunca, aprendí que en la vida uno puede llegar a ser lo que quiere sin necesitar nada ni nadie para llegar hasta ahí. ]

Disimulando Sensaciones

Siempre quisimos volar pero ahora que podemos no nos animamos a despegar, es como un juego de niños que no va a concluir nunca... Es como jugar al futbol sin arcos, cantar sin nadie que te escuche o como estoy haciendo en este momento escribir algo que nadie va a leer, es esperar que el tiempo pase, esperar a que algo ocurra, dejar correr el tiempo para ver que es lo que realmente nos pasa. Siempre nos comparo con esa luna que habita en nuestro cielo que desde que la observo espera algo del sol pero este nunca se anima a entregarle mas de lo que le entrego siempre, y cada ves que ella sale el se esconde, cada ves que el sale ella se esconde, y de esa forma aunque tengan todo ese inmenso e inagotable cielo solo para ellos dos nunca se van a encontrar.

domingo, 9 de mayo de 2010

Obsesión Inoportuna

Quizás es por que me exijo mucho, quizás por que siempre espero dar mas de lo que puedo, quizás por que me preocupo mucho por cosas a las cuales no les debería dar tanta trascendencia, quizás por que me invento problemas donde no los hay, puede ser que también y por eso me sienta tan presionado aunque no lo este, puede ser que por eso nunca pueda llegar a bajar del todo y estar tranquilo por aunque sea cinco minutos. También se que lo que menos me conviene en este momento es preocuparme (y menos por cosas o personas que no lo merecen). También se que debería aislarme por un par de horas de las preocupaciones que me creo y crea el resto para tener un poco de tiempo para mi, para relajarme, para mirar desde otro punto de vista las cosas, pero no es fácil, el otro día me preguntaba a mi mismo: ¿Hace cuánto que no voy a pescar? ¿Hace cuanto que perdí las ganas de ir a bailar, de pasarla bien y que no importe nada más? ¿Hace cuánto que no descanso bien? ¿Hace cuanto que no sonrío sin pensar que mañana voy a volver a estar triste? ¿Hace cuánto que no voy a tomar mates al río y divertirme con amigos? ¿Hace cuanto que no miro la inmensidad del cielo y las estrellas?
También se que puedo fingir que estoy bien, que puedo reírme aunque tenga ganas de llorar y me este muriendo por dentro, que puedo sonreír para que nadie se de cuenta que estoy triste, que puedo hacer y hago muchas de esas cosas, pero también se que eso tampoco me beneficia en nada, lo único que logra es que nadie se de cuenta de lo que me pasa y por lo tanto nadie me pueda ayudar. Quizás debería dejar salir mas fácil mis sentimientos y no tenerlos ahí encerrados en un lugar donde se van juntando y sumando hasta el día que explota todo, tendría que olvidarme de que mis 22 años van cargados de responsabilidades, obligaciones, muchas cosas que y por hacer, tendría que dejar que los rayos del sol entren por la ventana a iluminar un poco esta oscuridad, tendría que dar un poco menos y quedarme con algo para mi. También se que el día que pueda ordenar mis pensamientos y dejar de inquietarme por cualquier estupidez va a ser el día en que la sonrisa va a dejar de cubrir a la tristeza y donde solamente voy a sonreir por placer.

viernes, 7 de mayo de 2010

Una Historia Más


Hace poco conocí una persona que estuvo presa por mucho tiempo, el me contó que allá adentro los días no pasan nunca, que cada segundo es inagotable, que no se piensa en el futuro, que solo se extrañan los viejos tiempos, que solamente el presente es lo que se puede sentir, lo único que se ve. Aunque cada minuto era destinado a recuerdos, no a sueños futuros, sino a recuerdos pasados, el futuro llegaría solo decía...
Esas palabras retumbaron en mi cabeza durante días, días tras día sonaban en el fondo de mis pensamientos tapando la música del mp3 y hasta los gritos en la cancha, ese estadio repleto lleno de personas cantando, gritando, saltando, insultando, queriendo que su equipo o mejor dicho nuestro equipo gane. Yo en ese momento no entendía mucho lo que pasaba en el partido, no veía muy bien y mi estado no era el mejor, además en esos días me encontraba medio enfermo y ni siquiera fui capaz de buscar una campera para abrigarme, y como si todo eso fuera poco hacia mas de 40 minutos que no paraba de llover. El partido estaba complicado, había que dar vuelta un resultado adverso y a la misma vez injusto, mientras tanto yo trataba de seguir cantando pero ya no podía coordinar coherentemente lo que quería decir, lo que sentía, con lo que decía y hacia, así que decidí ir al baño a lavarme la cara y tomar un poco de agua, ahí me encuentro con un chico que conocía y nos ponemos a hablar del partido, me volví a lavar la cara y regrese  pensando que en mis 5 minutos en el baño había cambiado todo, pero no, la lluvia todavía no paraba y menos aun el bombardeo incesante de pelotazos contra nuestro arco, pero eso al parecer no importaba por que igualmente era una fiesta... bombos, redoblantes, trompetas y gente que expresaba sus sentimientos alentando, 40.000 personas unidas bajo la misma pasión, expresando las mismas palabras, 40.000 vidas enlazadas en un mismo sentimiento y en un mismo lugar sin importar edad, profesión, clase social, barrio, ciudad, país en que nacieron, ni nada salvo ese mismo sentimiento que los congrega cada fin de semana.